El nuevo diferencial del liderazgo: inteligencia emocional en entrevistas ejecutivas

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June 24, 2025 - 6:01 AM Valentina Ravioly – Senior Manager

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En los procesos de reclutamiento ejecutivo, las credenciales y los resultados siguen siendo importantes. Sin embargo, en un entorno donde la adaptabilidad, el cambio constante y la exposición pública son parte del día a día de quienes lideran, una nueva competencia emerge como determinante en la toma de decisiones: la inteligencia emocional.

A diferencia de otras habilidades duras o técnicas, esta competencia se manifiesta no solo en lo que los candidatos dicen, sino en cómo lo dicen. Es sutil, pero profundamente reveladora. Y hoy, en procesos de selección de alto nivel, puede inclinar completamente la balanza.

Lo que buscamos (y lo que marca la diferencia)

Uno de los indicadores más consistentes de inteligencia emocional en entrevistas es la capacidad de autoconciencia. Líderes que reflexionan sobre sus decisiones, que pueden reconocer errores sin perder autoridad, y que aprenden del conflicto son percibidos como perfiles resilientes y evolucionados. Frases como: “En ese momento no lo gestioné bien, pero aprendí que…” dan cuenta de esa madurez.

Otro signo clave es la empatía en acción: cómo se refieren a sus equipos, si reconocen logros colectivos, si entienden el impacto humano de sus decisiones. Más allá de la narrativa de logros, estos detalles revelan un tipo de liderazgo más consciente y, por ende, más sostenible.

¿Dónde se vuelve crítica esta habilidad?

Aunque transversal, la inteligencia emocional se vuelve especialmente crítica en ciertos contextos:

  • Industrias tecnológicas o con estructuras horizontales, donde liderar no depende del cargo sino de la influencia y la colaboración.
  • Organizaciones en transformación, que requieren contención emocional además de dirección estratégica.
  • Roles de alta visibilidad, como posiciones C-level, que enfrentan presión constante, gestión de stakeholders y crisis reputacionales.

En estos escenarios, los errores no solo se pagan en resultados, sino también en clima organizacional, compromiso del equipo y sostenibilidad del negocio.

Cuando el “cómo” pesa más que el “qué”

Hemos visto casos en los que candidatos con trayectorias impecables no avanzan por su baja inteligencia emocional. Por ejemplo, ejecutivos que no logran recibir feedback, que minimizan conflictos con su equipo o que presentan un relato excesivamente centrado en logros individuales.

Cada vez más, las organizaciones comprenden que un liderazgo efectivo requiere no solo de expertise, sino de capacidad para inspirar, contener y adaptarse con integridad. Y en entrevistas ejecutivas, esos elementos no pasan desapercibidos.

¿Qué buscan hoy las organizaciones?

En los últimos años, la inteligencia emocional ha dejado de ser un “plus” para convertirse en una condición estratégica. Las preguntas de los clientes reflejan este cambio: buscan líderes con estilo colaborativo, que sepan liderar la diversidad, generar compromiso, y navegar la ambigüedad con seguridad emocional.

En palabras simples: ya no basta con saber liderar procesos, hoy hay que saber liderar personas.

¿Cómo detectar la inteligencia emocional en entrevistas?

Algunas preguntas que usamos en consultoría para ir más allá del discurso técnico:

  • ¿Qué fue lo más difícil de gestionar en tu último equipo?
  • ¿Cuál ha sido el feedback más desafiante que has recibido y qué hiciste con él?
  • ¿Cómo reaccionas cuando estás bajo presión?
  • ¿Cómo manejas conversaciones incómodas o difíciles con tus equipos?

Estas preguntas invitan a la vulnerabilidad, a la reflexión, y permiten detectar no solo qué ha vivido el candidato, sino cómo lo procesa y cómo ha evolucionado a partir de ello.

Hacia un liderazgo más humano

En tiempos donde la incertidumbre es parte del paisaje corporativo, el liderazgo ya no se define solo por la capacidad de alcanzar resultados, sino por la forma en que se llega a ellos.

La inteligencia emocional no reemplaza la estrategia, pero la potencia. No sustituye la expertise, pero la complementa con humanidad. Y en procesos de selección ejecutiva, puede ser la diferencia entre un buen perfil… y un liderazgo verdaderamente transformador.