Un salto de fe: cómo tomar una decisión profesional para acceder al trabajo de tus sueños

Aunque sabía el tipo y el nivel exacto del trabajo que quería, Ken Daly no había postulado formalmente a un puesto de esas características.

11/11/2022

Después de 30 años trabajando para la misma empresa, Ken Daly abandonó un trabajo que le encantaba y dio un salto hacia lo desconocido.

 

A principios de 2019 Daly, director ejecutivo de Electricidad para EE. UU. en National Grid, una de las empresas energéticas más grandes del mundo, sentía que necesitaba un nuevo desafío para la siguiente fase de su trayectoria profesional. Era un sentimiento que se había estado fraguando durante mucho tiempo.

 

Durante casi todo el tiempo que estuvo trabajando en el sector energético, Daly había demostrado una gran pasión y compromiso con la educación superior. Además de hacer su exigente trabajo, estuvo enseñando en secundaria y preparatoria durante casi 30 años, desarrollando iniciativas para fomentar la educación CTIM y participando en los consejos universitarios de varias escuelas universitarias. En el fondo, siempre había considerado estas actividades como los “pilares” para un futuro cambio de trayectoria profesional.

 

Por eso, a los 53 y con un currículum potente en conocimientos técnicos y financieros del sector gasístico y eléctrico, Daly decidió que ya era hora de hacer algo que pocos ejecutivos de su edad y bagaje siquiera se plantearían: se lanzó en cuerpo y alma a conseguir el sueño de su vida de trabajar de director de una escuela universitaria.

 

«National Grid me apoyó mucho durante la transición para cambiar de trabajo», afirma Daly. «Lo mismo se puede decir de mi mujer e hijos. Tuvieron emociones enfrentadas cuando se lo conté. Durante toda su vida, mis hijos me habían conocido como “el sr. National Grid”. Estaban tristes de verme dejar algo que sabían que me encantaba, pero también conocían mi pasión por la educación».

 

Aunque tenía confianza en el sueño que quería alcanzar, no estaba tan seguro de lo que le costaría lograrlo. La magnitud de esta laguna de conocimiento empezó a vislumbrarse a los pocos días de su salida, el 31 de marzo de 2019, que también resultaba ser el día de su cumpleaños.

 

«Durante 30 años, el sector energético fue lo único que conocí», dice Daly. «Quiero decir que me encantaba mi trabajo. No perdí un día de trabajo en todos mis años en National Grid. Hablamos de 7.000 días consecutivos. Ahora, por primera vez desde que había acabado la escuela, iba a intentar empezar algo totalmente nuevo. En muchos sentidos, no creo que tuviera del todo claro lo que conllevaría un movimiento como este».

 

A pesar de su larga y exitosa vida profesional, Daly afirma que era totalmente consciente de que no había buscado trabajo desde que estaba en la universidad. Puesto que únicamente se había presentado a promociones internas durante las tres décadas que trabajó en National Grid, Daly tuvo que reconocer que en realidad no sabía cómo ni por dónde empezar la búsqueda del trabajo de sus sueños para emprender una segunda vida profesional.

 

Lo cierto es que Daly tenía muchas ventajas a la hora de iniciar este incierto periodo de su trayectoria profesional. Tenía un montón de experiencia liderando y transformando grandes organizaciones con objetivos igualmente grandes. También tenía claramente una vocación y un sólido compromiso con la educación superior, como demostraba el hecho de haber trabajado de profesor adjunto, miembro del consejo universitario y asesor de muchas escuelas diferentes en diversos niveles del sistema educativo. Había demostrado numerosas veces que lo guiaba un conjunto de valores personales y el compromiso de ayudar a las generaciones más jóvenes.

 

Aun así, la magnitud de su reto empezó a crear una aspiración imponente a ojos de Daly, lo que suponía una nueva experiencia después de tres décadas de sentir que tenía todo el control de su destino profesional.Había decidido probar algo completamente nuevo, lo que significaba que había una posibilidad real de no alcanzar su objetivo concreto.

 

Por fortuna, National Grid le ofreció a Daly la oportunidad de trabajar con el International Center for Executive Options (ICEO) de LHH, una pequeña firma de asesoría especializada en liderazgo ejecutivo sénior y transiciones profesionales. Muy rápidamente, Daly empezó a ser consciente de la magnitud de su reto. Aunque sabía el tipo exacto y el nivel del trabajo que quería, Daly no se había presentado y ni siquiera había hablado con ninguna escuela sobre sus aspiraciones profesionales. Investigando por su cuenta, aprendió un dato asombroso y algo abrumador: las probabilidades en su contra para dar el salto desde el mundo de la empresa al de la educación superior eran de aproximadamente 100 a 1.

 

Establezca un calendario para alcanzar su objetivo

 

«Cuando empecé a buscar, observé que, de los últimos 100 directores contratados en el país, sólo uno venía directamente del mundo empresarial», dice Daly. «Tradicionalmente pasaban de la jefatura de unidad a una secretaría y, por último, a la dirección. Sabía que estaba nadando contra corriente en cierto modo. Por eso, para asegurarme de que no estaba haciendo ninguna tontería, me di sólo un año para perseguir mi sueño».

 

Preparar la mente y el cuerpo

 

Para asegurarse de estar mental y físicamente preparado para los retos que tenía por delante, Daly empezó lo que podría describirse como una instrucción para su segunda vida profesional. Se apuntó a un curso de preparación para aspirantes a director de escuela universitaria. También se metió a tope al gimnasio e hizo ejercicios para reforzar su actitud mental. Estaba reforzándose física y mentalmente para poder aprovechar cualquier oportunidad que se cruzase en su camino.

 

Cree su marca personal

 

Daly también trabajó con su asesor de ICEO para reforzar y reenfocar su identidad como candidato a director de escuela. Creó una presencia robusta en las redes sociales, incluida LinkedIn, para recalcar su papel como líder de grandes organizaciones y para destacar su pasión por la educación. Empezó a buscar sin descanso en su red dentro del mundo de la educación superior para obtener conocimientos y comprender lo que se le exigiría en su nuevo trabajo de ensueño.

 

Prepárese para aprender y para caer en el primer obstáculo

 

A los pocos meses de empezar su búsqueda, Daly encontró la que parecía ser la oportunidad perfecta: St. Thomas Aquinas College, una pequeña facultad de humanidades al norte de Nueva York, en el condado suburbano de Rockland, estaba buscando un nuevo decano para la facultad. No obstante, Daly dice que supo desde el principio que para conseguir este trabajo tendría que superar una curva de aprendizaje muy pronunciada.

 

La anterior decana había ocupado el cargo durante nada menos que 25 años. Dada la estabilidad de liderazgo que había disfrutado la facultad, la institución estaba decidida a llevar a cabo una búsqueda muy exhaustiva para encontrar al siguiente decano. La facultad empezó a buscar con la nada despreciable cantidad de 70 candidatos internos y externos.

 

Investigue el proceso de entrevistas y selección antes de embarcarse en él

 

Daly siempre había dado por sentado que una facultad que busca un nuevo decano aplicaría un proceso de contratación exhaustivo y riguroso. Aun así, nada podía prepararlo para el completo proceso de búsqueda de alta presión emprendido por el St. Thomas Aquinas College.

 

Se cribó a los candidatos iniciales y, a continuación, se les ofreció una entrevista a doce de ellos que se celebró en un hotel del aeropuerto para tener más intimidad. A continuación, se publicó una lista corta de tres candidatos entre los estudiantes, el personal docente y el administrativo, para que pudieran saber quién seguía en la competición. Aunque el consejo de la facultad toma la decisión final, se dio tanto a los estudiantes como al personal docente la oportunidad de votar a su candidato preferido.

 

Cuando se llegó a la lista final de tres candidatos, Daly cuenta que le pidieron que hiciera 10 presentaciones de 20 minutos cada una, seguidas de 70 minutos de preguntas y respuestas ante diferentes grupos de electores de la facultad para que todo el mundo pudiera estar bien informado antes de votar. Su experiencia liderando y transformando organizaciones complejas, además de sus profundos conocimientos sobre educación superior, le vinieron bien.

 

Explote sus puntos fuertes

 

«No había estado en una entrevista así en 30 años», recuerda Daly. «Cuando conocí a la gente en el campus, intenté explotar mis puntos fuertes. Había hablado mucho en público y creo que eso me ayudó. Aunque el mundo de la empresa no suele hacer uso de foros abiertos como estos, me sentí muy cómodo con el proceso y disfruté mucho del tiempo en el campus».

 

Después de todas las reuniones, presentaciones y del voto del consejo, una tarde nevosa de diciembre Daly recibió la llamada de teléfono con la que había estado soñando la mayor parte de su vida adulta. El trabajo era suyo. Iba a ser el decano de una facultad.

 

Tras dedicar algún tiempo a celebrarlo con la familia, Daly acordó un periodo de medio año como decano electo y ocupó el cargo de decano definitivamente a principios de julio de 2020. Durante ese tiempo, puso en marcha un plan de 100 días que incluía una ronda de entrevistas con los empleados y alguna victoria rápida en el ámbito de la creación de un equipo potente y de inversiones estratégicas en el campus.

 

Prepárese para lo inesperado cuando empiece en un nuevo cargo

 

Resultó que la llegada de Daly al campus coincidió directamente con lo peor de la pandemia de COVID-19. De algún modo, fue un golpe de suerte; con tanta incertidumbre y miedo, la formación y la experiencia de Daly en el sector energético, donde las destrezas de comunicación y la gestión de crisis son competencias clave, empezaron a brillar.

 

«Mis 30 años en el sector energético me dieron unos cimientos bastante sólidos en planificación de emergencias», afirmó. «Tuve que dirigir operaciones con todo tipo de desafíos, como el 11S, el huracán Sandy y el huracán María en Puerto Rico. Inmediatamente en la facultad puse en marcha un plan COVID-19 que tenía exactamente los mismos mimbres que el que se habría aplicado en una empresa energética de categoría mundial. Creo que nos vino muy bien».

 

Independientemente de su nivel de experiencia, siempre tendrá algo que aprender

 

Volviendo la vista atrás al año tumultuoso, Daly afirma que no puede creer cuánto aprendió, tanto sobre sí mismo como de las complejidades de empezar una nueva vida profesional a una edad avanzada. «Cuando empiezas una trayectoria profesional, las cosas están bastante claras. Si estás buscando trabajo de nivel básico de contable, tienes una idea más o menos clara de lo que tienes que hacer. Cuando intentas cambiar de orientación a esta edad, das muchos más palos de ciego».

 

Daly dice que, si tuviera que dar un consejo a otros líderes experimentados que estén pensando en hacer un cambio similar, haría hincapié en la importancia de «ser lo suficiente humilde para admitir que no sabes todo lo que no sabes».

 

«A la gente que está muy metida en su carrera y en sus antiguos cargos le resulta muy difícil. Es difícil para todo el mundo deshacerse de quien éramos y pasar a ser quien queremos ser. Pero para dar el salto, tienes que elegir un momento en que un capítulo termina y otro empieza». Para mí, ese momento fue el 31 de marzo, mi último día en National Grid y mi primer día como aspirante a director de escuela universitaria.

 

Sobre todo, dice Daly, los líderes con experiencia que quieran cambiar de trayectoria profesional tienen que ser humildes para poder absorber y adoptar nuevos enfoques con los que encontrar un nuevo cargo adecuado para ellos. Y comprometerse a hacer ese cambio para poder emprender el viaje hasta el siguiente gran hito en su trayectoria profesional.

 

«Aprendí muy rápidamente que mientras estás rompiendo con el pasado, emocionalmente tienes que permitirte mirar hacia delante», dice Daly. «Excepto algún sueño ocasional, nunca miro hacia atrás. Es lo que hay que hacer para seguir nuestra pasión. Para encontrar algo que de verdad quieras hacer, en lugar de algo que creas que tienes que hacer».