Skip To Main Content

5 cosas que un gran director ejecutivo nunca hace

El liderazgo y la productividad en los niveles inferiores dependen de las acciones y decisiones que toma el director ejecutivo.

Tiempo de lectura 

min

Publicado el 17/09/2024 

El difunto Steve Jobs dijo una vez: "Tu trabajo ocupará gran parte de tu vida y la única forma de estar verdaderamente satisfecho es hacer lo que crees que es un gran trabajo". El "gran trabajo" de una organización suele medirse por la eficacia del liderazgo de los directivos y la productividad de los empleados. Pero el liderazgo y la productividad en los niveles inferiores dependen de las acciones y decisiones que toma el director ejecutivo, es decir, de cosas que se filtran a lo largo de la cadena productiva.

 

Entonces, ¿cómo se ve un “gran trabajo” para un CEO? Sus decisiones afectan la forma en que los gerentes dirigen a sus empleados, lo que, a su vez, impacta el compromiso de los empleados, la productividad y, en última instancia, el resultado final de la empresa. Obviamente, el rol de un director ejecutivo es uno de los más exigentes en cualquier organización. Las decisiones que toman, la cultura que cultivan y la visión que impulsan dan forma al futuro de su empresa.

 

Las investigaciones sobre liderazgo y personalidad ha demostrado que, si bien los grandes directores ejecutivos se presentan en muchas formas, hay ciertos comportamientos que evitan constantemente. Pero ¿cuáles son las cinco cosas que un "gran" director ejecutivo nunca haría?

 

1. Piérdete en los detalles

 

Un gran CEO entiende la importancia de los detalles, reconoce que la atención a los detalles es esencial para la calidad y la precisión, y también sabe que la microgestión puede sofocar la creatividad y ralentizar el progreso.

 

En lugar de perderse en las minucias, un gran director ejecutivo confía en que sus equipos se encarguen de los detalles, lo que les permite centrarse en el panorama general. Los expertos también menciona que una habilidad de liderazgo es priorizar la supervisión estratégica y asegurarse de que la organización se mantenga alineada con sus objetivos a largo plazo.

 

2. No tomes malas decisiones

 

Nadie es infalible, ni siquiera el CEO más experimentado. Lo que distingue al gran director ejecutivo es su capacidad para reconocer cuando una decisión no está dando los resultados deseados.

 

En vez de aferrarse obstinadamente a una mala elección, posee la humildad de admitir que se equivocó y el coraje de cambiar de rumbo. Esta flexibilidad y la voluntad de aprender de los errores son rasgos clave de un liderazgo eficaz, ya que los directores ejecutivos pueden ajustar su estrategia cuando es necesario para ofrecer la garantía de que la empresa se mantiene en el camino adecuado.

 

3. Compromete tu integridad

 

La integridad es la base de la confianza, y los grandes directores ejecutivos saben que la confianza es crucial para construir equipos fuertes y motivados. Un buen director ejecutivo nunca compromete su ética ni se involucra en dobles tratos. En cambio, un gran CEO trata a sus empleados con respeto y cumple sus compromisos.

 

Al mantenerse fieles a su palabra, los directores ejecutivos fomentan una cultura de lealtad y dedicación, que impulsa el éxito a largo plazo. Los grandes directores ejecutivos entienden que los resultados sostenibles se construyen sobre la base sólida de la integridad y la confianza.

 

4. Perder la compostura bajo presión

 

Según los expertos, la característica de un gran CEO es su capacidad de mantener la calma y la compostura frente a la adversidad. Al surgir retos no pueden dejar que las emociones tracen sus decisiones. De hecho, deberán abordar los desafíos de un modo objetivo y tomar decisiones basadas en un análisis racional.

 

De la misma manera, en estas situaciones, el director ejecutivo debe mostrarse empático por quienes atraviesan situaciones difíciles. El liderazgo de fortaleza debe poseer un componente de compasión. Firmeza y empatía ayudan a guiar a las organizaciones en tiempos turbulentos.

 

5. Depender excesivamente de la aprobación de los demás

 

Los expertos señalan que el liderazgo a menudo exige tomar decisiones difíciles que pueden no ser populares. Un gran director ejecutivo no puede ser complaciente con todos y no deben dejar que la necesidad de aprobación rija el dictado de sus acciones. Un buen CEO debe mostrar confianza en su manera de ver el desempeño en la organización y mostrar disposición para una toma de decisiones que beneficie a la empresa, a pesar de las opiniones críticas.

 

Por último, cabe destacar que no existe un único método para ser un eficaz director ejecutivo. Lo que sí es cierto es que un gran CEO se define por su capacidad de autoconciencia, el gusto por aprender y el desarrollo continuo.