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Assessment: un enfoque para el desarrollo

En el contexto empresarial actual, el assessment se ha convertido en una herramienta habitual para fortalecer el desarrollo y crecimiento de las personas y de las compañías.

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Publicado el 23/01/2025 

En el contexto empresarial actual, el assessment se ha convertido en una herramienta habitual para fortalecer el desarrollo y crecimiento de las personas y de las compañías. Este proceso, alineado con el modelo de liderazgo de la compañía, con su cultura y valores, consiste en identificar las competencias y/o estilos de comportamiento de los empleados, permite a las empresas identificar fortalezas y áreas de mejora, promueve el desarrollo profesional de los empleados y optimiza sus operaciones.

 

Las empresas que implementan estos procesos son, en su mayoría, multinacionales con sistemas de gestión de talento avanzados o en fase de desarrollo, que buscan obtener una perspectiva externa y profesional sobre sus colaboradores.

 

La implementación de un sistema de assessment bien estructurado ofrece una visión integral de la dinámica interna de un área o departamento, facilitando la toma de decisiones estratégicas. Sin embargo, un proceso de assessment, si no está bien comunicado y en un contexto transparente, puede generar incertidumbre y estrés en los empleados, que se plantean cuestiones como “¿por qué está haciendo esto mi empresa si hago mi trabajo de forma efectiva?”, “¿qué viene detrás?” “¿y si no salgo bien en la foto?”.

 

Queremos hablar hoy de nuestra experiencia sobre los assessment que hemos realizado en reconocidas compañías, en las cuales hemos evaluado tanto departamentos o áreas concretas, como a ejecutivos del Comité de Dirección o empleados de forma individual. Fruto de estas experiencias, hemos ampliado la colaboración con estos empleados a través de la implementación de Programas de Desarrollo de Liderazgo, los cuales han sido fundamentales para su desarrollo profesional y personal, impulsando significativamente su crecimiento dentro de la organización.

 

Por tanto, es fundamental alejar la creencia de que se trata de un proceso de juicio, y transformarlo en una valiosa oportunidad para fomentar el crecimiento y la evolución continua de la organización y sus colaboradores.

 

Algunas buenas prácticas para la empresa que ayudarán a conseguir este objetivo son:

 

  • Que el proceso esté bien comunicado y que las empresas adopten un enfoque transparente y constructivo, utilizando los canales más adecuados, para asegurar que las evaluaciones sean vistas como una oportunidad para el crecimiento.
  • Es beneficioso que el empleado realice una autoevaluación sobre cómo ha enfrentado ciertos desafíos, cómo sus acciones contribuyen al éxito de la empresa y qué competencias específicas necesitaría desarrollar para avanzar. Este es sin duda, un ejercicio recomendable a lo largo de toda la vida profesional que le ayudará a asumir mayor protagonismo en el desarrollo de su propia carrera profesional.
  • Explicar qué herramientas se van a utilizar y qué personas participarán en la evaluación.
  • Informar sobre cómo y cuándo se presentarán los resultados en una reunión de feedback.

 

Respecto al Diseño del Assessment, éste es un punto clave para garantizar su éxito. Se necesita conocer el modelo competencial y de valores sobre el qué se va a trabajar e identificar los niveles requeridos de desarrollo dentro de la organización. No es lo mismo evaluar, por ejemplo, la adaptación al cambio requerida para cualquier miembro de la organización, que valorar la capacidad para identificar la necesidad de cambio y actuar como agente de transformación, competencias esenciales para mandos medios y directivos.

 

Es importante así mismo que la empresa encargada de desarrollar el assessment cuente con toda la información relativa al contexto en el que se desarrolla el mismo, la cultura, el momento que vive la organización, etc.

 

Los evaluadores han de ser personas entrenadas, expertas y conocedoras de las dinámicas personales y organizacionales.

 

Se ha de asegurar también que toda la información obtenida sea tratada con la confidencialidad acordada y respetar la privacidad de los empleados en cada etapa del proceso.

 

Feedback para el desarrollo

 

Al concluir el proceso, la mejor práctica para asegurar que los empleados perciban las evaluaciones de manera positiva y constructiva es proporcionar un feedback orientado al desarrollo personal, en un entorno de confianza y seguridad mutua. El objetivo es ayudar a cada persona a explorar sus fortalezas y áreas de mejora, así como a identificar acciones de desarrollo efectivas. Preguntas como “¿Qué beneficios puedo obtener?” y “Conozco aquello en lo que destaco, ¿pero aquello en lo que podría mejorar?” pueden ser estímulos positivos para cambiar la mentalidad. Es esencial que el evaluado reciba el feedback con una mente abierta, para su propio beneficio y crecimiento.

 

El assessment no es un juicio crítico sobre la persona, sino una herramienta estratégica para impulsar su crecimiento y desarrollo. Los profesionales y líderes con los que trabajamos en nuestra práctica habitual reconocen el valor de provocar la auto-conciencia sobre competencias a desarrollar y cómo ciertos rasgos o comportamientos pueden ser percibidos en la organización. La práctica del feedback debe centrarse no solo en las fortalezas, sino también en las tendencias y comportamientos que pueden obstaculizar el desempeño y limitar el progreso profesional.

 

Quien proporciona el feedback debe poseer una elevada sensibilidad interpersonal y habilidades de escucha activa, además de demostrar respeto por los puntos de vista de las personas evaluadas.

 

En definitiva, un proceso de assessment puede ayudar a las organizaciones a diseñar y ejecutar iniciativas de formación y desarrollo personalizadas, al tiempo que proporciona a los líderes actuales y futuros una oportunidad para asumir un papel proactivo en la gestión y evolución de sus carreras profesionales.

 

Marisa Guzmán

Assessment Project Manager