Crecer con propósito

“No hay viento favorable para el marinero que no sabe a dónde ir”, Séneca.
07/03/2024

“No hay viento favorable para el marinero que no sabe a dónde ir”, Séneca.

En los actuales entornos VUCA en los que vivimos inmersos, son muchas las entidades y empleados que se sienten perdidos al distorsionarse su propósito entre tanto cambio, sobreestimulación e inmediatez. Es este contexto lo que da aún más importancia al hecho de definir un propósito claro que nos sirva de motor y guía en momentos de duda e incertidumbre.

Para poder alcanzar dicho propósito debemos diseñar una estrategia que nos marque un plan de acción compatible con el mismo. Y es que sin un propósito bien definido cualquier estrategia, por brillante que sea el estratega, carecerá de sentido al no haber una razón de ser. Luego pese a ser conceptos distintos, ambos son imprescindibles para el éxito de las compañías.

Contextualizada la importancia del propósito y la estrategia como dos partes complementarias e imprescindibles en la consecución del éxito, analizaremos el papel del headhunter dentro de esa simbiosis.

El papel del headhunter reside en la identificación de las capacidades, valores, y realidades de un candidato y la posterior determinación de si estas aptitudes van en consonancia con las que busca el empleador, debiendo resaltarse que para establecer un vínculo a largo plazo es necesario que haya un alineamiento entre ellas.

Para conseguir dicho alineamiento el headhunter debe convertirse en embajador de la entidad, comprendiendo bien su propósito con vistas a poder trasladárselo a los candidatos de forma clara y honesta. Es en este momento donde tiene que emerger su figura para conseguir que el candidato deposite en él su confianza y se deje asesorar.

Consecuentemente, reducir la relación a la mera validación de las capacidades que requiere el rol, implica una renuncia a trabajar en pro del propósito, por la distorsión e ineficiencias que provoca tener un equipo que no esté alineado con el mismo. Y es que sin el mencionado alineamiento se hace difícil comprender y por ende ejecutar la estrategia.

La tarea principal del headhunter debe residir en asesorar y, para ello, su papel en la simbiosis entre propósito y estrategia debe trascender al mero proceso en pro de generar la confianza necesaria en ambas partes para profundizar en todas las realidades que acompañan a unos y otros.

En definitiva, a través del propósito podremos crear un ADN común que sirva de elemento de unión en la necesaria y enriquecedora diversidad de los equipos que conforman las compañías. Por consiguiente, no se debería renunciar al propósito en el crecimiento y, para ello, es conveniente interiorizar que lo mejor es apoyarse en el asesoramiento de un headhunter de confianza que lo conozca y pueda preservarlo durante el proceso de contratación.