Habilidades de servicio al cliente que todo empleado necesita

Si trabajas con clientes de forma regular, siempre debes estar en su campo de juego.
25/01/2023

Si trabajas con clientes de forma regular, siempre debes estar en su campo de juego. Ser bueno en el servicio al cliente significa que cuando estás de mal humor, cansado o muy ocupado, debes seguir proyectando un tono amigable y profesional en todo momento. Incluso si no estás trabajando directamente en servicio al cliente, las habilidades de servicio al cliente deben ser aplicables a tu trabajo. Nunca está de más repasar tus habilidades con las personas, sin importar en qué industria trabajes.

 

Aquí hay algunas habilidades universales de servicio al cliente que todo buen empleado debe dominar. De este modo, nos aseguramos de que no vamos a perder clientes o usuarios y que tampoco meteremos la pata en momento cruciales.

 

Comunicación

 

Si no puedes comunicarte bien verbalmente y por escrito, entonces es hora de aprender. Cuando representas a una empresa, cosas como mala gramática, errores ortográficos, jerga excesiva y un tono demasiado informal realmente parecen poco profesionales. Trata de expresarse de forma clara y articulada en cualquier formato que se te solicite. Verifica y vuelve a verificar toda la comunicación escrita y ten cuidado con tus palabras. Luego, mejora en eso. Las sólidas habilidades de comunicación harán que todo en tu vida, especialmente tu trabajo, transcurra sin problemas.

 

Respeto

 

Esto parece obvio, pero vale la pena repetirlo de vez en cuando. Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Esto va para tu jefe, ese cliente molesto que te grita por algo que está fuera de su control, el personal de limpieza... Algunas cosas simples que puedes hacer para mostrar respeto son usar el nombre de una persona, escuchar realmente cuando habla, no hablar sobre ella, no parecer aburrido y hacer contacto visual. Si estas acciones no surgen de forma natural, esfuérzate por agregarlas cuidadosamente a tus interacciones diarias. Muy pronto, se convertirán en un hábito.

 

Paciencia

 

No lo llaman virtud por nada. No apresures a la gente a salir por la puerta, colgar el teléfono o salir de su ventanilla sin asegurarte de que se sienta escuchada. Brindar un servicio más lento o tomarse un poco de tiempo adicional es a veces la forma más inteligente, más efectiva (y eficiente) de trabajar, incluso cuando solo deseas pasar a la siguiente tarea. Mantente enfocado y demuestre que estás prestando atención. Dale a la gente toda tu concentración (por favor, por favor, no mires tu teléfono cuando alguien te está hablando) y repite los detalles clave para demostrar que estás escuchando y comprendiendo. Este comportamiento es clave para un buen servicio al cliente.

 

Conocimiento

 

Conoce tu trabajo, tu empresa y tu producto de adentro hacia afuera. Nunca seas la persona que no tiene la respuesta a una pregunta; si no es tu departamento, debe saber de inmediato a quién debes contactar para obtener la respuesta. Y, por supuesto, debes ser un experto total en lo que respecta al rol y las responsabilidades de tu empresa. Debes saber todo lo que hay que controlar para que, si alguien se acerca a ti con un problema, no tengas que decirle que no estás familiarizado con algún aspecto de tu trabajo.

 

Adaptabilidad

 

Mejora la lectura de las personas. ¿Qué quieren, exactamente, que suceda con su interacción? ¿Y cómo quieren que se les trate? Cada persona, cliente o jefe, viene con su conjunto de peculiaridades personales. Nunca se trata de soluciones sencillas. Tu enfoque para tratar con las personas debe adaptarse a la situación específica. Si eres demasiado rígido, parecerás falso e indiferente.

 

Creatividad

 

Ser capaz de encontrar soluciones alternativas y pensar de manera innovadora para resolver un problema es una gran ventaja para cualquier carrera. Cultiva tu capacidad para pensar en algo, cualquier cosa, para ayudar, incluso cuando la situación parezca desesperada. Mantente tenaz y positivo y trabaja en ello hasta que se te presente una resolución. Incluso si tu solución no es la respuesta, todos admirarán tu dedicación. Cuando la gente ve que estás haciendo un esfuerzo honesto, se muestra muy agradecida. Saldrás luciendo como un verdadero profesional del servicio al cliente.