Mejores prácticas para brindar retroalimentación constructiva

La retroalimentación en el lugar de trabajo es esencial para una buena comunicación. Dado que cada miembro de un equipo aporta talentos únicos, sus actuaciones pueden variar. La retroalimentación constructiva es una herramienta útil para que los supervisores y compañeros de trabajo se ayuden mutuamente a encontrar motivación y mejorar las relaciones.
En este artículo, analizamos qué es la retroalimentación constructiva y sugerencias para entregarla de una manera que ayude a las personas y los proyectos a tener éxito.
¿Qué es la retroalimentación constructiva?
La retroalimentación constructiva es una conversación con un empleado o compañero de trabajo en la que describes tus inquietudes, ofreces ejemplos específicos y discutes formas de mejorar.
La retroalimentación productiva es útil, no crítica e incluye sugerencias para cambios viables. Una buena retroalimentación constructiva promueve resultados positivos y crea un ambiente positivo.
La retroalimentación constructiva también puede ser útil entre compañeros de trabajo. Cuando se toman el tiempo para comunicarse entre sí, sus intenciones y estilos de trabajo son claros. La retroalimentación es una forma positiva de entenderse mejor.
Cuándo dar una retroalimentación constructiva
Antes de dar retroalimentación, trata de determinar si es una comunicación esencial (comportamiento que afecta plazos o resultados) o preferencial (diferencias de personalidad o estilo de trabajo). A veces, abordar una preocupación preferencial puede afectar la pasión de una persona por el trabajo.
Pregúntate si una conversación puede esperar, si el miembro del equipo podría resolver el problema por sí solo sin intervención o si se trata simplemente de una simple diferencia de opinión. Si la retroalimentación constructiva es esencial, puedes programar una reunión formal o iniciar una conversación informal.
Cómo dar comentarios constructivos
Para brindar retroalimentación constructiva considera lo siguiente:
1. Envía tus comentarios en persona en lugar de hacerlo por correo electrónico.
Puede ser apropiado invitar a alguien a una reunión con un correo electrónico, pero la conversación debe ser en persona, si es posible. Puede ser un desafío transmitir un tono positivo por correo electrónico.
2. Considera tu estado emocional
Cuando ofrezcas retroalimentación constructiva, mantén la calma y sé mesurado para que la otra persona entienda que deseas ayudar. La retroalimentación constructiva es más útil cuando ambas partes están abiertas y dispuestas a tener una conversación tranquila.
3. Declara tus intenciones
Habla con empatía, pero sé directo. Explica por qué ha invitado a la persona a charlar. Asegúrate de que todo lo que digas respalde la razón por la que deseas dar tu opinión. Si quieres hacer cumplidos, asegúrate de que sean sinceros.
4. Dar ejemplos específicos
Describe tus observaciones y cualquier problema resultante. Utiliza un lenguaje específico, como "He notado que tu trabajo no se ha introducido en la hoja de cálculo del grupo" o "He notado que te has perdido las dos últimas reuniones por retraso". Si tienes más de una inquietud, sé selectivo y prioriza aquellas que tengan el mayor impacto en el trabajo. Dirige tus comentarios a ejemplos presentes en lugar de citar muchos errores pasados.
5. Deja que la persona responda
Permite que la otra persona se explique. Es posible que escuches una explicación racional de un problema que hayas interpretado de manera diferente. Puedes insertar preguntas de seguimiento para aclarar y demostrar que estás comprometido e interesado.
6. Ofrece sugerencias o correcciones concretas
Puede ser útil haber planeado de antemano qué soluciones deseas presentar como parte de la retroalimentación. Sé específico y ofrece sugerencias factibles con consejos sobre cómo ponerlas en práctica. Deja que la otra persona sugiera su propio enfoque.
7. Ofrece tu ayuda y apoyo a medida que hagan cambios
Anima y empodera a la persona para que implemente las soluciones de las que hablasteis. Puedes establecer una fecha límite, si es apropiado, o pedirle que se comunique contigo dentro de un plazo determinado para una reunión de seguimiento. Puedes hacer que se sienta valorado y apoyado mostrándole que una conversación de retroalimentación no es el único momento en que pueden llamar tu atención.
Estos siete pasos pueden ayudarte a seguir una política que favorezca la retroalimentación constructiva en tu entorno laboral. De este modo, tus observaciones servirán para realizar cambios importantes y llevar a cabo transformaciones en el equipo de trabajo de la manera más adecuada.