El Storytelling en la entrevista: ¿Qué mueve a las personas?
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Me gustaría empezar partiendo de la base del mercado laboral en que nos encontramos actualmente. En un mercado cada vez más competitivo, donde el talento escasea y las oportunidades abundan, atraer a los mejores profesionales ya no depende únicamente de una buena oferta económica o de un título atractivo. Hoy, más que nunca, se trata de conectar, y para conectar, necesitamos contar historias. Historias reales, humanas y sinceras. Es aquí donde entra el poder del story-telling en la entrevista, tanto para el entrevistador como para el candidato.
Más allá del currículum: el proyecto como relato
Partiendo de las bases previas, es fundamental que los candidatos comprendan e proyecto en su conjunto, y para esto no nos basta con describir unas funciones o responsabilidades. Las personas quieren saber a qué historia se están sumando, cuál es el propósito de la empresa, qué impacto tiene su trabajo en el entorno y cómo ellos mismos encajan o no en ese relato.
Contando el proyecto como una historia conseguimos que se visualice, se sienta y, si todo encaja, se haga propio. Porque las personas no se mueven solo por lo que hacen, sino por por qué lo hacen.
Sinceridad como base de la confianza
No confundamos el stroy-telling con un ejercicio de marketing. No se trata de embellecer la realidad, sino de mostrarla con honestidad. Hablar de lo positivo, sí, pero también de los retos, de lo que aún está por construir, o de las tensiones que existen. Esa sinceridad genera confianza, y aquí pondremos el primer bloque hacia el compromiso.
Un candidato que conoce tanto lo positivo como lo negativo del proyecto, y aún así decide sumarse, lo hace con los ojos abiertos. Y eso es oro para cualquier organización.
La cultura no se vende, se transmite
Cada empresa tiene una cultura, una forma de ser, de relacionarse y de tomar decisiones. Esa cultura no se puede leer en una descripción de puesto ni en una página de empleo, ni siquiera en la propia web corporativa. Se transmite en la conversación, en los detalles, en cómo hablamos del equipo, de sus líderes y de sus personas.
Por eso, es clave que durante la entrevista se plasme la realidad social, cultural y del entorno de la compañía. No como un discurso aprendido que replicar, sino como parte natural del relato que vivimos en nuestro día a día. Sabremos que si el candidato no encaja con esa cultura, por brillante que sea, el match no funcionará.
Conocer a la persona, no solo al perfil
Una entrevista no debería ser un interrogatorio ni una lectura de CV. De hecho, cuando hablamos con perfiles con una cierta experiencia, ya sabemos que saben hacer su trabajo. Lo que necesitamos entender que mueve al candidato, cuáles son sus motivaciones, qué les ha llevado a plantearse un cambio.
Aquí es donde el story-telling se convierte en una conversación, donde ambas partes necesitamos abrirnos, escucharnos y entendernos. Donde el entrevistador no solo pregunta, sino que también comparte. Porque solo así podremos identificar los drivers del candidato y ver si estos se alinean con lo que la podemos ofrecerle.
El match: motivaciones y propuesta de valor
La clave está en el match. En entender si lo que motiva al candidato y lo que ofrecemos está alineado. Si no lo está, no pasa nada. No es, otra será. Y es mejor saberlo cuanto antes.
Pero si encontramos puntos de conexión, entonces tenemos una oportunidad de construir una relación basada en la transparencia, en la claridad y en la información. Consiguiendo de esta forma un compromiso auténtico.
No leas la JD, cuenta lo que no se ve
Una de las prácticas más comunes en una entrevista es leer al pie de la letra la descripción del puesto. El candidato ya la ha leído. Lo que necesita saber es todo lo que no está escrito: cómo es el equipo, qué retos hay en el día a día, qué aprendizajes puede esperar, qué tipo de liderazgo encontrará, qué margen de maniobra tendrá para implementar nuevas prácticas, o hacer su trabajo con autonomía.
Contar esto es contar una historia. Una historia que solo nosotros, como representantes de la empresa, podemos narrar. Y si lo hacemos bien, vamos a marcar la diferencia.
Conclusión: las personas se mueven por historias, no por ofertas
En definitiva, el story-telling en la entrevista no es una técnica, es una actitud. Es entender que estamos hablando con personas y no con perfiles. Que buscamos construir relaciones, no cerrar procesos. Que queremos compromiso, no solo aceptación.
Para lograr todo esto necesitamos contar historias. Historias como decía al principio sinceras, humanas y reales. Porque al final, lo que mueve a las personas no es una oferta, es una historia en la que puedan verse, crecer y aportar valor.
David de Gregorio Valladares