Claves del Director Financiero del Siglo XXI: Más Allá de las Finanzas

Descubre las habilidades esenciales del Director Financiero moderno. Desde la evaluación de riesgos hasta la calidad humana, y cómo el DFO se ha convertido en un el pilar fundamental de las empresas.
03/11/2023

Ojo para los negocios, evaluación de riesgos y calidad humana: las claves del Director Financiero del siglo XXI.


La figura del Director Financiero vela por el bienestar financiero de una empresa con decisiones rápidas y precisas de acuerdo al contexto socioeconómico.


El Director Financiero en todas sus vertientes, ya sea CFO (Chief Financial Officer) o DFO (Director Financiero de Operaciones) como es mi caso creo que es un pilar fundamental para cualquier empresa. A nivel interno, todos los trabajadores saben que esa persona que revisa la tesorería, mira con lupa cada operación, analiza los riesgos económicos y jurídicos, y despacha directamente con el CEO es, en gran medida, el artífice de los planes para que la compañía cumpla sus objetivos y alcance el éxito. Algo así como el capitán del barco de una naviera. Sin embargo, este patrón que usa sus conocimientos e intuición para girar el timón, atracar el barco o poner marcha a toda vela es un gran desconocido para la población general.


Los clichés influyen en la percepción social e incluso a veces se cuelan en las empresas. Seriedad excesiva, falta de empatía o hermetismo son algunas de las características con las que, a bote pronto, parte de la ciudadanía define al DFO cuando, en realidad, es justo lo contrario. La mujer o el hombre que ostenta el cargo se caracteriza por estar muy implicado con el negocio, lo que significa que no solo le preocupan las cuentas, sino también el bienestar de la plantilla. Todas sus decisiones, que deben ser rápidas para no afectar al crecimiento de la empresa, van encaminadas a la bonanza y al equilibrio interno. 


Una de las cualidades que todo DFO debe tener es la capacidad de ver a largo plazo incluso cuando las circunstancias parecen estar en contra. Por ejemplo, la aplicación de los ERTE en plena pandemia de covid-19 asustó a muchos qua ya se veían en la calle a medio plazo, pero, sin embargo, fue el salvavidas de muchas empresas.


Otro sambenito del director financiero es el de ser un stopper o tapón. Es decir, impedir el desarrollo de la compañía en determinados momentos u operaciones. Lo que ocurre es que echar el ancla y esperar a que amaine la tormenta o pasen las nubes negras es una de las virtudes del DFO. Es decir, la actualidad económica y social están muy presente en el día a día de los directores financieros porque en base a pequeñas o grandes fluctuaciones toman decisiones.


La contratación de los mejores directores financieros es una de las especialidades de LHH al tener en cuenta las habilidades y futuras funciones de los candidatos. Un buen DFO no solo se encarga de liderar la estrategia financiera y optimizar la fiscalidad y sus recursos económicos, sino que ha impulsar nuevas políticas y valores corporativos. Sin ir más lejos, tiene que apostar por la formación de los trabajadores viéndola como una inversión y no como un gasto.


El DFO está al tanto de todos los departamentos empresariales, desde el económico y jurídico hasta el de marketing y recursos humanos, para convertirse en un referente de confianza capaz de generar buen ambiente. Gestiona y supervisa las relaciones de la compañía con terceros sobre adquisiciones o fusiones y valida la planificación económica y los presupuestos. Por eso, en LHH se seleccionan perfiles con grandes dotes comunicativas, iniciativa, motivación y resolución para asumir riesgos.


El buen hacer de LHH en la elección de los nuevos DFO contribuye a borrar esa inmerecida mala fama del puesto con directivos que cuentan con una sólida formación, habilidades y calidad humana. Esas personas antipáticas que solo miran por el dinero las dejamos para la literatura y el cine. Richard Gere obsesionado con lanzar una OPA hostil a una centenaria empresa familiar mal asesorado por su DFO mientras tiene un romance con Julia Roberts en Pretty woman o Michael Douglas yendo hacia el abismo por su empeño en hacerse con una aerolínea en quiebra en Wall Street. Las obras de arte de Oliver Stone y Garry Marshall poco tienen que ver con la realidad de los directores financieros del siglo XXI.


Jose Luis Gómez – Calcerrada


Director Financiero de Operaciones